A Moisés le habló Dios a través de una zarza, y le dijo que liberara a su pueblo de la exclavitud de Egipto. Moisés obedeció a Dios y liberó a su pueblo, pero cuando llegaron al mar rojo creyeron que estaban acorralados con el faraón y los egipcios persiguiéndoles. Ante esta situación, Moisés le pidió a Dios que les ayudara y este les abrió las aguas del mar rojo, los israelitas lo atravesaron y Moisés les condujo al monte Sinaí, donde estuvieron 40 años.
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